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Un lugar donde las palabras fluyen como el agua de una fuente,
donde los recuerdos cobran vida,
donde los sueños se hacen realidad.
Bienvenido a mi mundo.
Adela
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sábado, 31 de diciembre de 2011

Estación 2012

Las nubes discurren tras la ventanilla informes y alargadas, a una velocidad que quita el hipo. Me invade una sensación de ahogo, tengo ganas de sacar la cabeza por la ventanilla y gritarle al conductor de este tren que pare, que yo me quiero bajar, porque se me han quedado pálidas las sienes del traqueteo mareante de esta máquina. Pero como siempre, las palabras se las lleva el viento.
Será que me he comportado como un león enjaulado con ansias de escapar. Tal vez debería quedarme así un rato, con mi melena ondeando al viento, enredándose entre mis dedos, indomable, y disfrutando de la brisa hasta la siguiente parada. Quién sabe, quizás tú estés allí esperando. El aire de este lugar huele diferente, huele a misterio y a incertidumbre, pero también a frescura y juventud. Según auguran algunos, es la estación final en el destino de la humanidad, aunque estoy segura de que no son más que habladurías, cuentos de brujas.
Ya casi hemos llegado, puedo verlo.
Próxima parada: estación 2012.


Rara vez suelo hacer un comentario en mis entradas, pero me gustaría desearos feliz año nuevo ya que dedicáis parte de vuestro tiempo a leer lo que escribo, y eso para mi significa un mundo.
Espero que tengáis un 2012 cargado de inspiración, felicidad y amor. ¡Feliz año! Y cuidado con perderos en la estación 2012.

lunes, 26 de diciembre de 2011

El vals de los creyentes


Es Navidad. Supongo que hoy saldré a la calle en busca de corazones rotos que remendar, y supongo que tú te dedicarás a fingir que no sabes que el blanco es el color de la temporada, que el abeto está de moda y que el amor es tópico en estas fechas.
Buscaré a una pareja de ancianos ahítos el uno del otro y les recordaré la magia del vals, lento y apasionado. Ellos mismos contagiarán a los viandantes; parejas de jóvenes, adultos, niños, perros incluso, que embelesados bailarán a un mismo son desafiando al frío. Será como si Tchaikovsky se apoderara de los ingenuos con su vals de las flores. No esperaré que tú me saques a bailar, sé que a ti no te encontraré entre la multitud enamorada, ni junto al letrero luminoso que reza "Feliz Navidad", tampoco tus familiares tendrán el gozo de tenerte entre ellos esta noche, pero quizás decidas hacer una parada en mi portal.
Fingirás que es otro domingo cualquiera, a pesar de que te cuente las mil historietas de mis logros navideños y a pesar de la noche iluminada, el innegable olor a castañas asadas y la nieve en las aceras. Despreciarás mi vals, aunque eso tan solo te sirva como excusa para acercarte a mí y enseñarme lo que es "bailar de verdad". Entonces, si es así, dejará de importarme que no creas en la navidad, porque en el fondo, sé que a ti no te gusta bailar, tan solo en ocasiones especiales.