Primero, tomaré una taza de chocolate caliente con un ligero toque de crema. Por los comienzos, por los días de amor ardiente, apasionado, sincero; fundidos con momentos dulces, suaves, ligeros e incluso empalagosos.
Sigo rebuscando en los distintos estantes de la nevera algo que se ajuste a lo que busco. Aquí está. Al chocolate, le seguirá un bol de fresas, en memoria de aquellos días de ácidas peleas, miradas y palabras; mezclados con ese refrescante y aún dulce amor de la reconciliación y los días siguientes.
Abro la despensa y saco unas cuantas galletas, aburridas, típicas. ¿Por qué no? Por todos aquellos días de rutina, casi cansinos, que se sucedían unos tras otros. Por las horas al telefono, por los miles de momentos interminables contigo.
Me sobresalta el ruido de la cafetera a mis espaldas. Qué oportuna. Justo lo que me faltaba, un poco de café para despertarme y añadir ese toque amargo a los sueños. Y cierro así mi desayuno, con ese regusto amargo y sobrio de la despedida, del fin del cuento de hadas.
El amor verdadero no se esfuma, ni se desvanece. El amor se renueva con cada nuevo día.
Una pequeña crítica a la manera de amar que tenemos los jóvenes. "Dream as if you'll live forever, live as if you'll die today"
2 comentarios:
Me ha encantado! Pero ya la última frase de James Dean... WOW!
Que desayuno tan... real, tan especial, tan-tas cosas.
:)
Jajaja! muchísimas gracias!
Esa frase lleva días merodeando por mi cabeza, sentía que tenía que ponerla en el blog :D es increíble
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