Al bajar la vista, me percaté de que, junto a mi hamaca, yacía la pelota causante de mi desvelo, la misma que me había salpicado. Me levanté, devolví la pelota al agua con desgana, y como buena actriz, me di la vuelta indignada para buscar un lugar más tranquilo. A pesar de todo, no pude evitar fijarme en el brillante desparpajo y la facilidad para los idiomas de aquel chico que me salpicó. Tampoco pasé por alto su atractivo moreno, ni su traviesa y perfecta sonrisa, que quedaron grabados en mi retina hasta hoy. Jamás admitiría que, en aquel momento, incluso reí para mis adentros.
Nada de eso debió haber ocurrido. Ojalá no hubiera devuelto esa pelota al agua; Ojalá no me hubieras invitado a jugar; Ojalá no me hubieras dejado ganar; Ojalá nunca te hubieras fijado en mí. Así, ahora, al menos no tendría que intentar olvidarte.
4 comentarios:
Increíble, realmente me gustó esta entrada, sabes conmover a la gente. Por esta razón me gusta pasarme por aquí, cuidate y a seguir así chuchi (L) jajaja
muy bonito!! me encanta la descripción, es precioso.besitos.
Me encantó el comentario que me dejaste. Muchísimas gracias de corazón :)
Y lo mismo digo, una vez más me volviste a emocionar. Me encantó esta entrada. Yo también espero la próxima con ansia.
http://imaginaydesea.blogspot.com
Me encaaaaaaaaanta
Te sigo!
Sígueme♥
http://tragosdeinsomnio.blogspot.com
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